Héroe o villano, ensalzado o desdeñado, dictador o libertador. Cada uno tendrá su calificativo para el comandante. La historia juzgará, aunque ya lo hace, su forma de gobernar después de que el 1 de enero del 59 terminara la revolución que lo llevó al poder. El mejor análisis que se podrá hacer es que, aunque se ha tardado, pueda establecerse en Cuba un sistema democrático y que el pueblo cubano, sin miedo, elija la forma de gobierno y a los gobernantes que desee. Tenemos que retrotraernos, y ver qué ocurría en la Cuba de los 30-40-50, para entender lo que sucedió. Y, como siempre, lo veremos de un color según sea el cristal con el que se mire. Lo que no cabe duda es que el que sufrió fue el pueblo cubano. Aunque, seguro, que no todo fue malo. Nos rasgamos las vestiduras y no vemos en nuestro ojo la viga de hierro. También sufrimos una dictadura. La cubana, tal vez, agravada por el aislamiento a la que fue sometida. No trato, para nada de justificar el periodo castrista, que aún no ha terminado, simplemente de poner encima algo de referencia para entender lo pasado. Como dije al principio, todo será del color con que se mire. La revolución del 59, tal vez no ha debido durar hasta hoy. Ahora todos seremos comentaristas de lo bueno y de lo malo realizado por el comandante. Como él dijo, una vez que fue condenado: la historia me absolverá. Veremos si sus palabras se cumplen o no. Hoy, solo queda el recuerdo de lo que fue. Y, aún así…https://youtu.be/5woXb-XnSYQ
Canario en Jaula 